Nota breve inicial: a lo mejor te diste cuenta, a lo mejor no. #115, #116…o #116, #115. Cosas del directo, que se dice. Prometo que el lunes llega el #117…
¿Caras, aristas y vértices?
Estaba el otro día echando un cable al mayor con los deberes.
Tiene 6 años. Uno pensaría que está a salvo de que le hagan preguntas que uno no sabe contestar (al menos, por el momento).
Y ya si está con el libro de matemáticas, pues el riesgo es prácticamente cero.
Total que allí llego yo confiado…
Y tiene al libro abierto en una página con un cilindro. Bueno, de cilindros va la cosa.
«Papá, cuantas caras, aristas y vértices tiene el cilindro»
«A ver, vamos a contar las caras…1, 2, …y 3. Has visto qué fácil»
«¿Y aristas y vértices?»
«A ver…»
«Espera que piense…»
Joder con las aristas y vértices del cilindro.
Estoy seguro de que un 20% de los lectores me está considerando un mentecato en este momento. Pero me apuesto a que no pasa del 20%…😂😂😂
El caso. A veces uno tiene la respuesta, otras veces no la tienes.
Pero más importante que tener la respuesta es tener recursos para encontrar la respuesta.
Ya sé que le podría haber dicho a mi hijo aquello de…
«Vamos a ver qué dice Google, que para esto no necesitamos IA…».
Pero en su lugar, hay una técnica que me parece muy útil cuando te enfrentas a un problema que no sabes resolver:
«A ver, vamos a tomar un ejemplo sencillo y luego volvemos al cilindro…»
Un cubito.
«Caras…fácil, son 6»
«Aristas…parece también fácil, son 12»
«Vértices…en este caso se ve bastante mejor. Tenemos 8 vértices»
Gracias a nuestro cubito mi hijo y (sobre todo) yo reajustamos los conceptos en la cabeza, que los teníamos hechos un pequeño lío…
Y ya parece que podemos volver a nuestro cilindro con mayores probabilidades de éxito:
«Caras…siguen siendo 3»
«Aristas…pues son 2, en forma de círculo»
«Vértices…pues no. Aquí no hay vértices»
Lo anterior es un ejemplo muy tonto. Pero es muy real. El cilindro nos pilló (me pilló), pero el cubito nos salvó…
Así que la próxima vez que te veas con una situación algo compleja que no terminas de ver por donde entrarle…piensa en mi cilindro. Y busca la forma de empezar por resolver algo más sencillo sobre lo que poder luego apoyarte.
Antes de acabar te pongo un ejemplo muy real de nuestro día a día, donde utilizamos una lógica muy parecida
Todas las semanas revisamos las oportunidades abiertas para cruzarlas con nuestros equipos (para estar listos en caso de nos confirmen los proyectos). Es un ejercicio complicadillo (ahora mismo tenemos más de 20 presupuestos “vivos”, así que las combinaciones son…millones).
Como ya hemos estado alguna vez un buen rato con el ejercicio (la conversación puede acabar como un plato de espagueti boloñesa), cambiamos la metodología:
¿Cuál es el proyecto más probable en confirmarse? Proyecto 1
¿Quién lo haría si sale? Azucena
¿Cuál es el siguiente proyecto más probable en confirmarse? Proyecto 2
¿Quién lo haría si sale? Salvador
[Lo hacemos con Proyecto 3 y 4]
Listos. Hablamos en un 2-3 días y volvemos a valorar.
¿Te ha gustado el correo o aún piensas que me puedo ahorrar estas tonterías para mí mismo? Lo digo porque tengo en la cabeza otro correo parecido (sin cilindros, don’t worry), y si no gusta…pues no lo escribo, ¿no?
En cualquier caso, mañana otra cosa. Para empezar a disfrutar un poco del finde, ¿no?
Merecido. Espero que puedas hacer lo mismo.
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