Pues nos vamos al inicio de Dosplanos que éramos principiantes
Si recuerdas la empresa arranca en septiembre 2018. Pues debemos de encontrarnos en octubre de ese año.
En las primeras semanas del proyecto habíamos arrancado dos proyectos. El primero una reforma para la prima de mi socio. El segundo un proyecto pequeñito para un amigo de mi socio.
Así se empieza. Pero como verás, no nos habíamos visto aún mucho con “el mercado”.
A través de mi padre llegamos al propietario de una inmobiliaria. Además de esa actividad, también se dedica a la conversión de locales en vivienda.
Hace muchos proyectos por la zona de Coslada, al este de Madrid.
Nos propone trabajar en dos proyectos para convertir dos locales en 5 viviendas. Lo presupuestamos. Parece que tiene buena pinta. Nos invita a su oficina.
El tío va vestido como un dandy (un poco hortera para mi gusto, pero estaba claro que el traje no le había costado 20 euros…). Nos lleva a la sala de reuniones.
Hablamos del proyecto. Fechas. Tiempos. Presupuesto. Parece que todo va bien.
Ahh. Un detalle. Tengo 20.000€ en efectivo, espero que no sea problema.
“Ehh…pues…no sé”.
“Lo vemos”.
Mi socio y yo balbuceamos 4 palabras sin mucho sentido. La verdad es que acabábamos de arrancar con la empresa y nunca habíamos llegado a tocar el tema.
“Bueno, seguro que encontráis una solución” – nos dice el dandy.
Salimos de allí. La verdad es que no nos hace ninguna gracia el tema. No era nuestra intención tener una contabilidad B en la empresa. Pues nada, la primera en la frente.
Pero ahí siempre nos volvemos creativos. El ser humano.
“Ya está, esos 20.000€ que se los dé directamente al albañil, y en Dosplanos ni ha entrado ni ha salido un euro en negro”.
Problema resuelto. Sí que éramos listos, en 5 minutos habíamos encontrado solución al problema del B en la construcción ;p;p. Y nosotros además super limpios…
Bueno…dejémoslo en errores de principiante
- No supimos cómo decir que no en el momento. Era el primer contrato que firmábamos “de verdad”. Si el dinero va directo al albañil…no hacemos nada malo, ¿no? Es difícil no equivocarse alguna vez, pero al menos no te engañes ;p
- Aquel cliente resulto ser un pirata de los buenos. Sabía latín en temas de obra y tras terminar el proyecto nunca nos pagó los últimos 15.000€ (tenía la experiencia que a nosotros nos faltaba, qué estilo jugando a no pagar). Es lo que se llama un «boomerang invertido» jeje
- No te voy a decir que me alegré (sabéis aquello de que uno es dueño de sus pensamientos pero…); pero hace poco pasé por delante de su oficina y había cerrado
Nunca hicimos una igual. Vale, no es verdad. Nos pasó otra vez. Con menos drama, más cómico. Mismo error. Otro día me animo y la cuento.
Pero bueno, ya van 160 proyectos y han pasado más de dos años desde aquella “segunda ocasión” (y aprovecho, para no dar lugar a error, que por el camino hemos perdido varios proyectos por “no pasar por el aro”).
Ahora es buen momento para releer el correo #008 (hace….¡¡80 correos!!). Lo de volver a leer el correo #008 va en serio, merece ser leído dos veces.
¡¡El lunes a por más, buen finde!!
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