¿Os acordáis de aquel jefe mío con el que hablábamos de cuánto dolor podías aguantar?
Era el email #023, por si quieres recordarlo.
Hoy te cuento otra cosilla de este jefe.
Por cierto, creo que no te conté mucho de él. Él fue emprendedor, montó su empresa en Hong Kong. La vendió y luego fue subiendo en la empresa compradora hasta llega a ser CEO durante un tiempo.
El caso, estábamos en un buen momento en la empresa. Creciamos a doble dígito cada año (en ventas) y la plantilla crecía a un ritmo similar.
Muchas iniciativas para acelerar el crecimiento. Nuevos países. Llevar productos de unos países a otros. Digitalización. Estas cosas…
Y de un día para el siguiente…”vamos a lanzar un programa de reducción de costes”.
Yo no entendía nada. ¿Reducción de costes? En una empresa de servicios eso sólo puede querer decir una cosa: reducir el personal.
Ante mi incredulidad, elabora un poco (no era muy hablador, pero cada palabra que decía solía llevar sustancia).
“En cualquier empresa que crece se va acumulando grasa. La dinámica positiva del crecimiento hace que se relaje la disciplina de reclutamiento y que se incorporen a los equipos más personas de las que son realmente necesarias. Lo he comprobado una y otra vez.
Así que lo que hago desde hace tiempo es que cada 2-3 años hago un ajuste en la compañía para eliminar la grasa acumulada”.
Así lo dejó.
Y si te digo la verdad, durante un tiempo no terminé de asimilar la información.
Luego, con algo más de experiencia, he ido entendiendo lo que decía mi jefe. Y he acabado por concluir que algo de razón sí que tenía.
Y es que el punto del correo no es que te pongas a despedir como loco. Ni mucho menos.
El punto es que cuando uno va creciendo debe ir contratando con cuidado. Porque especialmente al crecer uno puede…»dejarse llevar por la alegría» (todo se ve del color de rosa y todo el mundo necesita más recursos…).
Y antes de que te des cuenta donde antes había un equipo de 2 personas, ahora hay 8. Se multiplican las reuniones. Se pierde un poco de foco. Se añade demasiado “manager”…
Así que si estás en proceso de crecimiento, piensa en este tema y en cómo intentar tener un crecimiento “controlado”…
- Puedes hacer como mi jefe y cada par de años, sacar la tijera
- O establecer unos controles estrictos desde el departamento financiero para la aprobación de nuevos recursos (más fácil decirlo que hacerlo)
- O asumir que las ineficiencias se van a ir creando. Y quizá algún día, cuando aparezcan los nubarrones, coger la motosierra (porque las tijeras ya no serán suficientes)
Según estoy terminando de escribir estas líneas no puedo evitar pensar en Twitter, que bien podría ser el mejor ejemplo de esta situación…o que nuestro amigo Elon se haya pasado de frenada y esté intentando cortar…”hueso”.
¿Tienes alguna experiencia interesante relacionada con este tema?
Volvemos el lunes
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