Te acuerdas de la historia con Vladimir, ¿no? Email #007.
Hay una situación curiosa/divertida que quería compartir.
Empezamos a implementar un programa con el nuevo sistema de pedido en el departamento de frutas y verduras. Mi amigo Vladi y yo.
Como te decía, el sistema anterior que tenían era caca de la vaca. Así que mejorar lo anterior no se antojaba muy difícil.
Medíamos los kilos de producto que se tiraban. Luego dividíamos entre las ventas de la semana y con eso teníamos nuestro indicador clave, en porcentaje.
Antes de arrancar establecimos nuestro “baseline” (punto de partida dicho con estilo).
Era del 14%; o algo así, 14% para lo que nos ocupa.
Empezamos a trabajar. Y rápidamente empezamos a ver las mejoras.
Semana 1: 13%
Semana 2: 11%
Semana 3: 12%
Semana 4: 8%
Semana 5: 10%
Semana 6: 3%
Ups. Ahí nos hemos pasado. No sé qué ocurrió esa semana. Pero estaba seguro de que el número no era posible. No era posible tener un 3% en supermercados bastante más avanzados, íbamos a tenerlo en un supermercado en Tel Aviv en pleno verano.
Not possible. בלתי אפשרי.
Yo era jovencito, algo pillo, y no me gustaba mucho hacer el tonto con mi tiempo (sobre todo cuando sin florituras ya trabajaba de sol a sol).
Así que sin que nadie lo supiese le sumé 200kg de producto estropeado y así aplané un poquito la curva. Algo así como…
Semana 6: 6%
Quedaba como un buen resultado, pero no cantaba como un resultado increíble. Y sobre todo…yo estaba seguro que la Semana 7 iba a volver alrededor del 6-8%.
Y si eso pasaba (que iba a pasar) me iba a pasar (yo) unas cuantas horitas explicando a diestros y siniestros que el programa no había empeorado. Que simplemente la Semana 6 no había una captura correcta de los datos.
Y ahora explícaselo al responsable de operaciones. Y ahora vamos a hacer una presentación para explicar que la tendencia es correcta y que ese dato es anecdótico. Y ahora vamos entender por qué hemos vuelto a tener un 7% cuando hemos demostrado que el 3% es posible.
La verdad, pasaba de tanta gaita. Añadí los 200kg y continuamos con el proyecto.
Y yo me pude enfocar en seguir mejorando los resultados de nuestra iniciativa.
¿Moraleja?
Lo primero, no digo que lo que hice estuviese bien (más bien puedo asegurar que estuvo mal). Afortunadamente lo anterior es una anécdota que no se repitió en aquellos años ;p.
Pero sí nos sirve a modo de ejemplo para sacar alguna cosa, que seguro que nos suena haberla oído alguna vez…
- Si creas un entorno de trabajo donde el empleado acaba frustrado ante las explicaciones que tiene que dar, lo único que vas a conseguir es una de dos
- un empleado frustrado (veamos por cuánto tiempo)
- un empleado que te cuenta lo que quieres oír para seguir trabajando
- Conforme asciendes en la organización, entiendes la necesidad de comunicar cierta información a terceros (e.g., informe a inversores, o al «Comité yo qué sé”). Estas peticiones interfieren con el trabajo de ciertos empleados, así que asegúrate de explicar la importancia de estas actividades y así lograrás minimizar esas frustraciones
- Este “juego de la información” se da en empresas pequeñas, medianas y grandes. En mi experiencia, lo que en una empresa pequeña son 3 mentiras al jefe, en una empresa grande se convierte en un proceso de presupuestación de 4 meses donde todo el mundo “miente más que habla” y al final se pone el número que dice “central». Una pena
Por cierto…
Semana 7: 7% 😲 (carita de mucha sorpresa)
Nota: me estoy danto cuenta de que este melón da para bastante más (abrimos el mundo de los incentivos),…lo apunto para una secuela o dos
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