Murtala Muhammed
Hoy nos trasladamos a Nigeria. A Lagos, para ser más concreto.
Aunque con frecuencia los europeos hablamos de “África” como quien habla de Badajoz, las diferencias entre países son muy grandes. Y Nigeria por desgracias no se lleva la mejor parte.
Y es que desde que lograron la independencia de Gran Bretaña en 1963, ha ido de revuelta en guerra civil, en dictadura…en modo bucle. Así que nos encontramos con una sociedad algo agresiva.
Yo llegué allí para trabajar en un proyecto en 2009.
Tras 1 hora en seguridad y tras recoger mi maleta (la cinta no funcionaba y estaban apiladas en una gran montaña), me metieron en un coche y seguimos a una furgoneta de la policía.
Con las sirenas encendidas y en medio de la noche, íbamos conduciendo entre dos carriles de coches totalmente parados. Pensarás que me lo invento, pero uno de los polis de la furgo llevaba medio cuerpo fuera, y llevaba en la mano una fusta con la que iba “atizando” a los coches de su lado.
Fue todo un aterrizaje
Ya otro día hablamos de lo rica que está la comida, pero hoy te quería comentar lo bien que trataban a los conductores (siempre íbamos con conductor, las razones te las imaginas)
A los conductores todo el mundo les hablaba con órdenes. Parecía que la sociedad descargaba en ellos la frustración de toda su jornada. Y más valía que el conductor no se equivocase, que si no le caería la del pulpo, a grito pelao.
Después de unos días tenía claro que los conductores estaban en el peldaño más bajo posible de la sociedad nigeriana (por si alguna vez recibes una oferta de trabajo).
Y entonces un día me quedé de una pieza. En uno de los viajes llegamos a una oficina cercada y un guarda tuvo que abrirnos en la puerta. Parece ser que el guarda se lo tomó con mucha calma, y fue en ese momento cuando el conductor se bajó del coche y le empezó a dar unos gritos que por poco revientan las lunas del coche.
¿Qué ha pasado aquí?
Me había quedado claro. Acababa de encontrar el escalón de la sociedad colocado justo por debajo del conductor de coche…
Ya vamos acabando. Reflexiones finales…
El estilo que utilices con tu equipo directo acabará haciendo cascada en toda la empresa. Si te cabreas cada vez que hay un error, lo mismo pasará aguas abajo. Si eres razonable con tu equipo, también se replicará. Tú decides la cultura que quieras crear
No menos importante, si contratas a alguien por debajo de ti que viene con un estilo que no encaja con el tuyo, ya puedes tener cuidado porque ese estilo empezará a permear a los niveles inferiores, y como no estés atento, ni te darás cuenta de que la empresa empieza a pudrirse por dentro y tú sin darte cuenta
¡Otro día os cuento un par de ejemplos de esto último!
¡¡Espera!! Que no me voy sin dejarte una perla musical (nigeriana); date un paseo por Spotify (o lo que uses), y ponte la canción Jailer, de Asha (en realidad todo el album mola). Como no te guste te dejo una semana sin newsletter ;p;p
PD: ya casi somos 2.000 registrados con una tasa de apertura del 30-40%…no vamos mal, ¿no? Ya sabes cómo echarme un cable…!!
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